Somos un grupo de hombres y mujeres de fe, que queremos dar a conocer a las personas de comunidades de base, la experiencia de Jesús, ese de Nazaret, que se empapó de la gente sencilla para dar a conocer el amor de Padre. Somos seguidores de Jesús y que a su modo sencillo queremos dar a conocer su rostro amable. Todo esto está al servicio del Reino de Dios, es decir para que Jesús se haga presente en nuestras vidas y en las comunidades. Por eso ofrecemos esto a todo el Pueblo de Dios.
Queremos con esta página, que ustedes puedan entrar y se queden... encontrarán materiales para retiros, ayudas para reuniones de pequeñas comunidades, herramientas que te ayudarán a rezar, celebraciones para acompañar enfermos, cantos, fotos e ideítas para caminar con Jesús el Señor de la Vida. Para personas que ya están siguiendo a Jesús en una comunidad cristiana les ayudará como una motivación catequética, y para las personas que se acercan a las Parroquias pidiendo un sacramento les ayudará como una motivación a formar una comunidad cristiana.
Y como dice San Ignacio a los que van a hacer Ejercicios Espirituales: “Al que recibe los ejercicios espirituales mucho aprovecha entrar en ellos con grande ánimo y liberalidad con su Criador y Señor, ofreciéndole todo su querer y libertad, para que su divina majestad, así de su persona como de todo lo que tiene se sirva conforme a su sanctísima voluntad” [EE.EE 5]. Es el modo como queremos que navegues por esta página, llenándote de todo lo que el Buen Padre Dios te quiera regalar con los materiales compartidos.
Como ves, en este espacio que es para todos y todas, puedan tener una experiencia de cercanía con Jesús, el hijo de María y del Padre. Por eso te invitamos a que “Vengas y veas”… como nos dice Jesús en el cuarto Evangelio cuando llama a los primeros discípulos:
“… estaba Juan con dos de sus discípulos. Viendo pasar a Jesús, dice: -Ahí está el Cordero de Dios. Los discípulos, al oírlo hablar así siguieron a Jesús.
Jesús se volvió y al ver que le seguían, les dice: –¿Qué buscan?
Respondieron: –Rabí –que significa maestro–, ¿dónde vives?
Les dice: –Vengan y vean.
Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día. Eran las cuatro de la tarde” (Jn 1,35-39) (1).